jueves, 25 de agosto de 2011

Nuestro plastico y nuestro Oceano





La contaminación por plásticos en los oceános se extiende hasta los lugares más insospechados. A la gran isla de plásticos que se detectó en el Pacífico se suma ahora otra gran extensión contaminada en el oeste Atlántico Norte.

Esta isla de basura, también conocida como sopa de plástico no es visible desde aviones o satélites porque gran parte de los residuos se hallan bajo la superficie del mar, razón por la que las estimaciones de su tamaño varían; desde los 700.000 kilómetros cuadrados hasta los 
15 millones de kilómetros cuadrados, dos veces el tamaño de los Estados Unidos.



El trabajo, realizado por el Instituto Oceanográfico Woods Hole y la Universidad de Hawai, se basa en datos recopilados durante 22 años por estudiantes, que recogieron más de 64.000 piezas al año en 6.100 localizaciones distintas, lo que supone una concentración comparable a la detectada en el Pacífico.
Las concentraciones más altas fueron observadas en una zona cercana a Atlanta (Georgia), en concreto entre los paralelos 22ºN al 38ºN, donde esta basura llega arrastrada por las corrientes superficiales.
Sin embargo, prácticamente todos los restos recogidos son piezas de pocos milímetros, por lo que muchos podrían ser aún más pequeños, y no podrían atraparse por las redes que se utilizan en el trabajo. Además, están hechos de polietileno o polipropileno, que flotan en el agua, pero que, cuando son degradados durante largo tiempo, acaban por hundirse. Y en este trabajo, sólo se utilizaron redes superficiales, que también sirven para atrapar organismos biológicos.



El giro subtropical del Pacífico Norte cubre una extensa zona del Pacífico donde el agua circula en el sentido de las agujas del reloj (es decir, en sentido anticiclónico) describiendo una espiral lenta. Los vientos son flojos. Las corrientes transportan la materia que flota en el agua hacia la zona central de baja energía del remolino. Existen pocas islas donde pueda recogerse el material flotante, permaneciendo en el remolino, en unas asombrosas cantidades estimadas en seis kilos de plásticos por cada kilo de plancton natural. El equivalente a un área del tamaño de Texas girando lentamente como un reloj.

Este hecho no sería un gran problema si el plástico no tuviera efectos tan nocivos. Los trozos más grandes son tragados por las aves marinas y otros animales al confundirlos con presas. Se han encontrado muchas aves marinas y sus polluelos muertos con el estómago lleno de artículos de plástico de tamaño mediano como tapones de botellas, mecheros y globos. Una tortuga encontrada muerta en Hawai tenía unos mil trozos de plástico en el estómago e intestinos. Se estima que más de un millón de aves marinas y unos cien mil mamíferos marinos y tortugas mueren cada año por ingestión de plásticos o estrangulamiento. 

Los animales pueden quedar atrapados en restos de redes, incluso pequeñas criaturas tipo medusas quedan enredadas en filamentos de plástico, o mueren al tragar pequeñas partículas de plástico que aparecen flotando en las aguas.



(Oceanografos sin fronteras)

Aun estamos a tiempo de no ahogarnos en nuestra propia basura, "Esta en nuestras manos"

Salud!!


                                            www.surfrider.eu

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